CÓDIGO DE LA ÉTICA PROFESIONAL PREPARADOR FÍSICO
Sin duda alguna el código de ética representa las
conductas y lo que debemos hacer y no
hacer como preparadores físicos cuando salgamos al mundo laboral. A
continuación se nombran algunos puntos que creemos importante considerar como futuras profesionales.
1.
Cuidar
de su físico para mantener el equilibrio emocional, psicosomático, social,
moral, cultural y espiritual, siendo ejemplo de comportamiento, de manera que
dignifique la profesión dentro y fuera de la organización.
2.
Es
deber y responsabilidad del preparador
físico realizar siempre su mejor
desempeño en cualquiera de los objetivos y metas que tenga que alcanzar con sus entrenados en algún club o organización,
en la cual se encuentre encomendado.
3.
Comprender
el comportamiento psico-social de los entrenados desarrollar las
potencialidades bio-psico-social
estimulándolas y motivándolas, a resaltar sus fortalezas y neutralizando
sus debilidades, a fin de preparar futuras completos deportistas.
4.
Respetar
a sus entrenados, colegas, superiores y
subordinados por sus costumbres, leyes y reglamentos, opiniones políticas y
religiosas, cualesquiera que sean dando ejemplo seguro al preparado y a la sociedad con manifiesto
espíritu de tolerancia.
5.
Prestigiar
su profesión con colegas y asociaciones de la especialidad, cooperando en todas
las promociones de apoyo a la vida sana
,educación física, deporte y recreación, no aceptando contratos opuestos a los
principios doctrinales-científicos, que afecten al prestigio y a la dignidad de
la función magistral, defendiendo a la profesión y a los colegas injustamente
atacados.
6.
Tratar
a todos con aprecio y equidad, y aprovechar los momentos que la actividad
físico-deportiva ofrece para educar, creando un ambiente de cordialidad,
confianza y respeto de forma que se mantenga el equilibrio en el proceso de entrenamiento.
7.
Cuando
se trabaje en centro de formación deportiva se debe Inculcar a los alumnos, respeto a los adversarios, tanto a
los fuertes y vencedores, como a los débiles y vencidos, tratándolos
caballerescamente, de forma que aprendan a ganar y a perder con elevado
espíritu de juego limpio, llevándolos a enfrentarse con los adversarios como
huéspedes de honor y haciéndolos comprender que la transgresión de las reglas
en las competiciones representa la ruptura del compromiso de honorabilidad.
8.
Permitir que participen en competiciones solo
aquellos entrenados especialmente
condicionados con tal de preservar la salud, de manera que jamás sobrepasen sus
posibilidades fisiológicas.
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